TAICHI

AIDO ASOCIACIÓN CON EL TAICHI


La forma de Taichi no es el objetivo, solo la herramienta. 

Cuando iniciamos la práctica solo se genera desconcierto a nuestro alrededor, suceden movimientos extraños y nos desorientamos, intentando seguir un orden aparentemente desordenado hasta llegar al final para poder relajarnos. Es curioso, pero cuando empiezas la práctica del Taichi es difícil conseguir relajarte aunque a medida que pasan las horas de práctica ves como las sensaciones van cambiando, como tu respiración cambia, te sientes más cómodo, tratas de recordar algunos de los movimientos y a medida que consigues memorizarlos tus sensaciones se mueven. 

Empiezas a sentirte cómodo, sientes como disfrutas de los movimientos, de cada uno de ellos. Encuentras una nueva dimensión a tus movimientos, descubres sensaciones que hasta ese momento eran desconocidas para tí. Las tensiones van desapareciendo progresivamente y sientes como tu transformación está en progreso. Tu respiración se calma y se vuelve casi imperceptible, tus músculos se relajan y tu conciencia corporal aumenta, aprendes a escuchar en movimiento. 

De repente un buen día dejas de pensar en la forma y sólo sientes que todo desaparece a tu alrededor, como si de repente pudieras flotar en el agua mientras las olas te mecen.

Aprende la forma, estúdiala, entiéndela, siéntela y por fin olvídala.

Ahora puedes practicar Taichi




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